Anne Sexton y la poesía que no le salvó la vida.

Mis antiguos dioses han caído como un juego de bolos. Todo es un caos emocional. La poesía, solo la poesía, me ha salvado la vida.


Anne Sexton 

En el programa de Uniradio Jaén, Baldosas amarillas, dirigido por Isabel Tejada, podéis descargar el podcast del programa emitido ayer, 21 de marzo, día mundial de la poesía, en el que colaboro. Allí mi homenaje a la poeta.



Tengo cuarenta y cuatro años y, a estas alturas del camino, aún no tengo su libro Vive o muere. Tengo muchos otros. Libros difíciles de digerir. De otros autores. Libros-herida. Pero no éste. Y por qué. Por miedo. A qué.  A mí misma. Y a que su poesía me arrolle. A que me parta en dos. A que me destroce por dentro. A que me haga sufrir. Y sí. Conozco su poesía.  Sí. Conozco sus maneras. Sí. Conozco sus intenciones. ¿Puede curar la poesía? Ridículo. Aquí nada cura. Nada salva. Nada excepto uno mismo. ¿Quiere uno salvarse? Esa es la pregunta ¿de qué?  ¿puede uno mismo salvarse de sí mismo? ¿puede uno librarse de sus fantasmas? ¿funciona escribir poesía como terapia? Por favor. No me hagan reír. ¿Puede uno escapar de la muerte saltando a la comba? el arma la tienes en las manos, sólo hay que saber usarla y todos podemos presumir de tener una imaginación prodigiosa. Y si además se está《cansada de ser mujer, / cansada de cucharas y cazuelas, / cansada de mi boca y mis pechos, / cansada de cremas y de sedas》. 

Se escribe para saber quiénes somos. Adónde vamos. Qué necesitamos. Se escribe para tener conciencia de uno mismo. Para alcanzar un grado de conocimiento fundamental, crítico y peligroso por revelador. La vida y la muerte juegan en el balancín del teatro del mundo. Y unas veces se impulsa una, y otras veces, la otra. Hasta que, en algún momento, una de ellas, se queda definitivamente parada y el juego acaba. Y cuál queda abajo, es un misterio siempre. Por ello, la salvación sólo se puede medir en instantes.


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