FLANNERY O'CONNOR y el misterio del sufrimiento.

"Lo que quiere el lector cuando llega a su casa es leer algo que eleve su corazón."

Flannery O'Connor




Busco cómo fue, si es que fue de algún modo, el amor en Flannery O'Connor. Me refiero al amor por alguien que no fuera Dios. Oh, Flannery y el sufrimiento. Flannery y el dolor. Flannery y Dios. ¿Qué relación existe entre los personajes grotescos de su obra y su enfermedad? El lupus eritomatoso es una enfermedad autoinmune que hace que tu propio sistema inmunitario te agreda. Flannery murió antes de cumplir los cuarenta años aquejada de esta enfermedad. Yo no quiero pensar así pero, lo hago. El escritor que vive un sufrimiento desbordante y trata de encauzarlo con la escritura, tiene muchas posibilidades de hacer algo realmente bueno, simplemente porque el padecimiento le pone en contacto directo con una realidad inalcanzable para otros. De igual modo, ese dolor le aproxima a la fe, a Dios. Para Flannery, la enfermedad, supuso un infortunio pero también un gran acicate en cuanto a escritura se refiere. Su literatura grotesca, de personajes anómalos, freaks, nos llega, grandiosa, a consecuencia de su retiro y su prolífico ejercicio narrativo.

¿A quién amó Flannery? ¿pudo? ¿le permitió la vida amar? No he llegado a averiguarlo aún. Se dice que amó a los pavos reales y vivió en su granja rodeada de ellos. Siendo muy pequeña enseñó a una gallina a caminar hacia atrás. El logro fue llevado a las pantallas en 1932 y la niña O'Connor pasó a la historia como la primera niña que enseñó a una gallina a caminar de espaldas. Una mujer brillante, desde luego. Seguiré indagando pero, sobre todo, leyendo.


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