La mano de una madre


Whenever I visit my mother
I feel I am turning into Emily Brontë.

Anne Carson


Viajo con los libros a cuestas.
Donde quiera que vaya
me acompañan
páginas y más páginas.
Cojo trenes, taxis, y leo.
En ellos leo
a la gran Matute, a una tímida Laforet,
leo a McCullers, extraña criatura, por cierto...,
los cuentos
de la sureña O'connor, a la Brontë
cómo no, lo que sea
que caiga en mis manos
puras de pura inocencia.

A veces, no es posible.
No es posible
leer.
No es posible
pues una oscuridad
me lleva
a una oscuridad aún mayor.

Pero me gusta tenerlos abiertos
mientras miro por la ventana
la velocidad del árbol,
la gota
precipitada en el cristal.
Y me siento segura,
¿sabes?
con ellos sobre mi regazo
me siento segura,
como si el libro
fuera
la mano paciente
de una madre
que espera,
la cabeza de un hijo
dormido,
un corazón desnudo
latiendo y sangrando,
vivo,
el cielo y la tierra
y el corto espacio que los separa.

           

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